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Desarrollo humano de maestros Autor : Sergio Barrio Tarnawiecki

Por Sergio Barrio y Lupe Maestre / para EDUCACCIÓN "El mundo de la educación que conocemos está lleno de paradojas rotas y de resultados sin vida: Separamos la cabeza del corazón y como resultado obtenemos mentes que no saben cómo sentir, y corazones que no saben pensar. Separamos los hechos de los sentimientos, y como resultado tenemos hechos inocuos que hacen que el mundo sea distante y emociones remotas e ignorantes que reducen la verdad al modo cómo uno se siente hoy. Separamos la teoría de la práctica, y como resultado nos quedamos con teorías que no tienen mucho que ver con la vida y desplegamos una práctica que ignora la comprensión. Separamos la enseñanza del aprendizaje, y como resultado logramos maestros que hablan pero no escuchan y alumnos que escuchan pero no hablan."

Parker J. Palmer

Los grandes relegados, criticados y maltratados del sistema educativo de nuestro país son los maestros. No obstante, ellos son su más importante engranaje. El siguiente texto es una propuesta de criterios de diseño para construir un camino de apoyo permanente al desarrollo humano de los profesores y maestros de universidades, colegios y otros centros de docencia y aprendizaje. La propuesta que esbozamos, se refiere a los objetivos, logros, metodología y principios de dicha formación. OBJETIVO GENERAL El objetivo central de estas ideas a construir, es el desarrollo de la capacidad de los maestros o profesores para establecer relaciones sanas, mutuamente nutricias, creativas, protectoras, motivantes, colaboradoras, cálidas, de soporte, con sus colegas, con sus alumnos, con los padres o representantes de estos, con la administración de su centro docente (en todos sus niveles), consigo mismos, y con la comunidad a la que pertenecen en el sentido más amplio, a fin de apoyar su desarrollo como seres humanos plenos y su capacidad para inspirar ese desarrollo humano pleno en los demás. Aquellos que queremos abordar el tema de la educación en general tenemos la obligación de buscar constantemente devenir seres humanos plenos. Corolario de este objetivo central es que este proceso sea desarrollado en y a través de los principios que él mismo plantea en su propio objetivo general, sin preconceptos centrales ni esquemas aprioris a impartir. Actualmente las cualidades del ser humano-maestro que buscamos nutrir y desarrollar son un complejo de productos dinámicos en constante cambio, consecuencia de su crecimiento como personas en condiciones de altísima complejidad y de un proceso de cambio científicotecnológico-espiritual sin precedentes. Estos recursos son intangibles pero son evidenciables a través de los cambios de actitud, de organización, estilo, eficacia y

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creatividad, así como también del sentido de bienestar y auto-realización de las personas a las que queremos llegar. OBJETIVOS ESPECÍFICOS En un primer esfuerzo por dilucidar este espacio de aprendizaje y crecimiento, podemos señalar como objetivos específicos los siguientes: 1. Desarrollar la capacidad del maestro para conocerse a si mismo, reencontrarse con sus meta-habilidades y recursos, base de su identidad e integridad. 2. Ampliar la consciencia de lo que son los aspectos personales de la docencia, más allá de la técnica y los métodos pedagógicos. 3. Cultivar una consciencia ampliada de los modelos y paradigmas personales de la docencia. 4. Familiarizar al docente con el nuevo paradigma científico, tecnológico y espiritual y los límites de la “singularidad” como fenómeno de altísima complejidad y relevancia producto del mencionado paradigma. 5. Aprender a disfrutar el espacio de las contradicciones y paradojas en la práctica docente y de la tensión creativa en el espacio de la enseñanza-aprendizaje. 6. Cultivar la docencia como una comunidad de la verdad con principios éticos, democráticos, igualitarios, interculturales y humanistas. 7. Mejorar las formas, canales y modelos de comunicación entre colegas maestros o profesores. 8. Promover un liderazgo sano para la mejora continua del espacio docente en el seno de las instituciones docentes y en la comunidad más amplia de la educación. 9. Mejorar significativamente la satisfacción personal de los profesores en el trabajo y la calidad de sus experiencias docentes. LOGROS Se propone trabajar en este espacio con aspectos cualitativos no acreditables del desarrollo humano del maestro, con lo que se espera mejorar: 1. La capacidad del maestro para la curiosidad, el gozo, para el juego, para la actividad del ocio creativo, sin restricciones ni exigencias "prácticas", para la entrega a su función y rol, con desapego por la parte de los resultados que no puede ni debe controlar. 2. La capacidad para la motivación, para el interés, para su inspiración, para "pescar" intencionalmente o por serendipia (encontrar lo que no se está buscando), para la expectativa entusiasta, la atención flotante, no sesgada ni externamente controlada. 3. La capacidad para la comunicación, la empatía, la escucha, para ser una presencia compasiva, confiable, comprensiva y afectuosa, no invasora ni amenazante para los demás. La capacidad para acoger, sostener, contener y nutrir emocional, espiritualmente e intelectualmente a estos - sin fines egocéntricos - y la capacidad para estar presente en los momentos más duros y difíciles sin ser abrumado o avasallado por ello.

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4. La capacidad para relajarse, para soltar tensiones, para esperar, para meditar, para no controlar ni imponer, para estar cómodo y ser paciente y tolerante con los procesos humanos en general y con los de enseñanza-aprendizaje en particular. 5. La capacidad para reconocerse como principiante, como aprendiz, para vivir en los espacios de lo desconocido y de la incertidumbre, del “no sé”, para sorprenderse ante lo nuevo, para lo portentoso, para el asombro, para maravillarse, ante lo bello, lo bueno y lo verdadero. 6. La capacidad para aceptar, manejar y aprender de sus propios miedos, incluyendo el miedo a no saber, a los lados "oscuros", "sombra", y el temor al estudiante, al supervisor, al “Ministerio”, miedos que llevan al maestro a buscar refugio en credenciales, títulos, talleres, a afincarse en el "pupitre", en el status y en los roles. 7. La habilidad para encontrar en el espejo del "otro" nuestras reales destrezas y habilidades. METODOLOGÍA La metodología que sugerimos es básicamente teórico-vivencial, lo que consistiría en abrir temas para ser elaborados y trabajados colectivamente, y realizar experiencias prácticas en las que lo que se vive sea la búsqueda y la evidencia de lo que se necesita y de lo que se tiene. Se debe basar en la construcción de una “comunidad de la verdad”. Esto significa que el trabajo propuesto debería ser un trabajo de creación colectiva y no "impartirá" un "conocimiento" desde fuera. Esta metodología teórico-vivencial y participativa implica la presencia de líderes motivados por la comprensión, la consciencia plena y la presencia amorosa, sin necesidad de control ni de imposición de nada. El facilitador aportará sugerencias sobre los elementos centrales de cada tema para motivar y delimitar el espacio de aprendizaje. Sobre esa base, y conjuntamente, todos los integrantes del grupo, desarrollarán actividades que pondrán en juego y alimentarán sus recursos personales a los que se refiere el punto anterior sobre los objetivos, y elaborarán creativamente “conocimiento” a partir de la experiencia viviente. Este trabajo conjunto es en realidad un proceso, no un esquema de tareas, y consistirá en el diseño y experimentación de situaciones que faciliten el proceso de educir tales recursos existentes en los maestros. Los participantes deberán ser personas con experiencia docente y con interés en el campo de desarrollo humano. PRINCIPIOS Creo que esta propuesta puede nutrirse del reconocimiento de principios como los siguientes: 1. La manera de abordar en aprendizaje necesita focalizar el trabajo en el enriquecimiento interior del maestro. Reconocemos que existe un "maestro interior" en cada individuo cuyo principal recurso no son los conocimientos sino sus cualidades humanas, lo que implica un "maestro de maestros" interior también. Si esto es cierto, el principal esfuerzo se debería

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dirigir a desarrollar plenamente esas cualidades humanas. La integridad, honestidad y transparencia del maestro son fundamentales, así como su disposición para ser una referencia o modelo, para usar sus experiencias personales y los temas de la vida, no su erudición sobre ciertos temas, sin esto dejar de ser vital para su función. En pocas palabras el capacitador no se sitúa "arriba", sino que conduce y participa en el proceso de formación, haciendo también su trabajo interior. Son las cualidades humanas las que hacen posible reconocer y educir los recursos del niño o joven y de los maestros, sujetos del proceso educativo. 2. La educación es para la persona, busca el enriquecimiento humanista, el desarrollo de la humanidad plena de quienes forman parte de la comunidad que vive los procesos educativos, sea como maestros, profesores, administradores o como alumnos, y como padres de familia. 3. El niño o joven es un ser pleno, que cuenta con todo el potencial que tenemos los seres humanos, con sus rasgos y características particulares y no un "pre-adulto". 4. La renovación que busca este proceso implica, entre muchas cosas, desarrollar la capacidad de los maestros para alimentarse de manera no egocéntrica en sus relaciones con los demás y consigo mismos, así como su capacidad para conocer sus propias dificultades y resistencias que obstaculizan sus propios procesos de enseñanza-aprendizaje. Por esta razón estamos poniendo énfasis en los aspectos psíquicos, afectivos y emocionales, en la capacidad para el vínculo, en las prácticas supervisadas, en la capacidad para la comunicación y para escuchar, dar y recibir afectos sanamente. 5.

Dentro de ese espíritu, en este trabajo llamamos a focalizar nuestra atención en: La renovación del corazón, mente y espíritu a través de la exploración de los paisajes interiores de la vida del maestro. La reconexión con la identidad e integridad personal; la identificación y celebración de los dones y fortalezas de cada uno y el reconocimiento de límites. La creación de un contexto adecuado para la escucha cuidadosa y para la conexión profunda que rinde homenaje a la complejidad humana y a nuestra diversidad. La ayuda a los educadores para crear espacios de confianza y seguridad para el aprendizaje y para la enseñanza, con los estudiantes y con nuestros colegas, en el seno de los colegios y de las comunidades. La exploración de la conexión entre la atención y cuidado de las dimensiones interiores de los profesores y la renovación de la educación. El reconocimiento del rol del mentor, lo que implica no solamente el surgimiento de un buen maestro sino de un buen alumno.

6. La educación debe abarcar los valores sociales del respeto a la persona, la aceptación y respeto a las diferencias entre las personas y grupos, el cuidado del medio ambiente y del bien común, la consciencia ciudadana y tributaria y el sólido manejo de la democracia profunda (interior y exterior).

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7. La educación debe también ser para el trabajo, es decir, debe de nutrir los recursos necesarios para la supervivencia y la superación económica personal, la eficiencia y eficacia en el trabajo y el adiestramiento en las formas nuevas de organización. 8. Debe cultivar una relación sana entre las emociones, afectos, intuición, corporalidad, inteligencia y espiritualidad, lo que implica una educación con sólidas bases éticas, filosóficas, psico-corporales y espirituales y el cultivo de la comunicación profunda. 9. No debe imponer esquemas ni métodos pedagógicos, por más "avanzados" que estos parezcan o sean, ya que esto implica una contradicción en los términos: si se valora el proceso de aprendizaje más que el de la enseñanza, ese mismo criterio tiene que aplicarse a los profesores y a los profesores de los profesores. Ninguna concepción metodológica sobre la educación o técnica educativa es más importante que la humanidad plena del maestro, que su experiencia y riqueza personal, que su sabiduría. 10. No debe de hacerse cambios únicos centralizados, ni homogeneizadores, ni hacer diseños estandarizados de entrenamiento de docentes. Más bien se debe facilitar el entrenamiento ad hoc, a la medida, según las necesidades realmente sentidas por las personas, profesores y alumnos, y por las organizaciones. Esto no implica renunciar al liderazgo central sino el transformar éste en la expresión de necesidades realmente sentidas por la comunidad docente. 11. Debe respetar de manera auténtica la experiencia de los maestros y profesores de todos los niveles. Respetar la experiencia y edad de los docentes (que conlleva sabiduría), su riqueza como personas, sus conocimientos (que no es lo mismo que información), su capacidad para ser una presencia amorosa ante sus alumnos, la riqueza de su cultura. Esto no significa idealizar a los docentes sino confiar en su capacidad, como seres humanos para aprender de sus experiencias, y de rectificar errores ya que estos últimos no son sino oportunidades para aprender y para crecer. 12. Lo anterior significa también nada es más importante que el respeto a la autonomía y a las potencialidades de todos los actores. 13. Debe dar una gran importancia a la consciencia de la participación efectiva en el bienestar común, al respeto de las normas cívicas, a la ecología y el medio ambiente, al orden y tranquilidad en la comunidad, al respeto de los derechos de los demás y al cuidado de la limpieza y belleza de los espacios para vivir en comunidad. 14. Todo producto educativo que se logre puede ser mejorado (al igual que cualquier producto). 15. Más que un producto final se trata de un proceso. Existen muchos productos-proceso con capacidad de integrarse en el desarrollo del trabajo. 16. Los productos-proceso no son estáticos, sino más bien dinámicos, ya que están en constante interacción con el medio, cambiando, enriqueciéndose e integrándose con nueva

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información. 17. Los recursos del ser humano son un complejo de productos dinámicos, consecuencia de nuestro crecimiento como personas. Estos recursos son intangibles pero son evidenciables a través de los cambios de actitud, de organización, estilo, eficacia y creatividad laboral, así como también del sentido de bienestar y auto-realización de las personas en los diferentes ámbitos de la vida. Lima, julio de 2015

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