deleitandonos en la abundancia 3

Deleitándonos En La Abundancia (III) Apóstol Sergio G. Enríquez O. Séptimo Servicio de Santa Cena Guatemala, 6 de noviem...

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Deleitándonos En La Abundancia (III) Apóstol Sergio G. Enríquez O. Séptimo Servicio de Santa Cena Guatemala, 6 de noviembre del Año De La Abundancia

Continuando en el desarrollo del tema, es necesario enfatizar que todos gozamos de algún tipo de abundancia, Dios en Su misericordia nos ha bendecido de una u otra forma, sin embargo, puede ser que nuestros ojos se encuentren cegados y que nos llegue a parecer poco lo que se nos ha entregado, y que por esa razón creamos que no tenemos abundancia, lo cual es un peligro, pues aunque así fuera, no olvidemos que hay poder en lo poco. Mateo 25:21 nos deja ver que si somos fieles en lo poco, vamos a ser puestos sobre lo mucho, como si lo poco fuese una preparación en la cual el Señor también prueba nuestro corazón para darnos de Su abundancia. Habiendo dicho esto, reflexionemos en cuál es nuestra abundancia, pues esta no necesariamente son cosas materiales. Vemos que la iglesia de Corinto tenía abundancia de dones, por lo que su abundancia era de tipo espiritual. (2 Corintios 8:7) Isaías 55:2 (LBA) ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno, y se deleitará vuestra alma en la abundancia. Este es el versículo que nos ha servido de base para decir que; para poder disfrutar de la abundancia, primero debemos escuchar atentamente, seguido a esto podremos comer lo que es bueno, y lo hemos enfocado a la Santa Cena, pues Su carne es verdadera comida y Su sangre verdadera bebida (Juan 6:55). Continuaremos escudriñando cuáles pueden ser los impedimentos para comer la verdadera comida, es decir la Santa Cena. Esdras 2:63 (LBA) Y el gobernador les dijo que no comieran de las cosas santísimas hasta que un sacerdote se levantara con Urim y Tumim. El Urim y Tumin consistía en dos piedras, una verde y una roja que se colocaba en el pecho del sacerdote, el cual consultaba al Señor sobre un asunto y dependiendo qué piedra se encendiera, era la respuesta positiva o negativa. Siendo la verde una aprobación y la roja desaprobación. Este versículo nos muestra que la falta de Sacerdocio con Urim y Tumim puede ser impedimento para participar adecuadamente de la Santa Cena, ya que hoy en día hay muchas iglesias que participan de la Santa Cena pero es como si no lo hicieran, debido a que lo pueden estar haciendo como una práctica religiosa como lo describe 1 Corintios 11:21. Por esa razón un sacerdote con Urim y Tumin nos puede ayudar a discernir el cuerpo de Cristo. Veamos otro versículo relacionando con el Urim y Tumim Levítico 8:8 (LBA) Después le puso el pectoral, y dentro del pectoral puso el Urim y el Tumim.

Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.

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Deleitándonos En La Abundancia (III) Apóstol Sergio G. Enríquez O. Séptimo Servicio de Santa Cena Guatemala, 6 de noviembre del Año De La Abundancia

Levítico 8:8 (T. Amat) al cual sujetando con el cinturón, le unió con el pectoral, sobre el que estaban escritas estas palabras: Doctrina y Verdad. La versión de la Biblia T. Amat nos amplía el panorama de una manera impresionante, pues traduce las palabras Urim y Tumim como: Doctrina y Verdad. Si contextualizamos con la cita anterior y con la que se encuentra escrita en Esdras 2:63 y Nehemías 7:65 podemos decir que no se puede participar plenamente de la Cena del Señor si no tenemos a un ministro que tenga Doctrina y Verdad para enseñarnos la profundidad de esta doctrina. Cuando hablamos de la verdad no solamente nos referimos a Jesucristo quien es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6), sino también lo que esta descrito en el Salmo 119:160 La suma de tu palabra es verdad. De ahí la importancia del ser discipulados, pues de lo contrario podemos ser llevados por cualquier viento de doctrina, para ello también nos fueron entregados regalos en forma de hombres, es decir los cinco ministerios cuya función edificar al cuerpo de Cristo (Efesios 4:12). Debemos anhelar amar la palabra de Dios, enamorarnos de tal manera que podamos guardar sus mandamientos como señal de nuestro amor hacia Él, (Juan 14:15) Salmos 107:17-18 (LBLA) Por causa de sus caminos rebeldes, y por causa de sus iniquidades, los insensatos fueron afligidos. Su alma aborreció todo alimento, y se acercaron hasta las puertas de la muerte. La aflicción también nos puede impedir participar adecuadamente de la Cena del Señor. Hay tres razones por las cuales fue afligido este pueblo; andaban en sus caminos con rebeldía e iniquidad, esto fue el motivo para que les viniera la aflicción pues la palabra es clara en decir que no viene la maldición sin causa (Proverbios 26:2). Si estamos obrando mal en cualquiera de las situaciones antes expuestas, debemos arrepentirnos, confesar nuestro pecado y así alcanzar misericordia (Proverbios 28:13). Que la ministración de la Santa Cena habrá nuestros ojos para que veamos los tesoros que el Señor ha derramado sobre nosotros, que podamos abundar en doctrina y verdad, amar Su palabra y así deleitarnos en Su abundancia.

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